Mujer:
En todo lugar y momento mi Ser te piensa y te anhela, como anhela el sereno plenilunio a la estela magnificada de la más hermosa estrella.
Te admira mi sensibilidad y también mi alma plena, porque te condecora con lo mejor del corazón, en todo momento, mujer tan única y bella.
Siempre mi amor te llama y mi atento corazón te ama, siempre te pertenece el aura tan llena de lirismo que vive a plenitud en mi alma.
Eres el poema que mejor se ha escrito con el corazón y los más hondos suspiros del amor, ese espléndido poema que no alberga en su haber la nulidad, ni la traición.
Eres de los poemas que nunca logra sustraer en su regazo, el pertinaz viento, porque los tuyos los crean y los bendicen siempre la espontaneidad y los más dulces sentimientos.
Vives en el lugar en el que Dios guarda mis más anhelados sueños, un lugar para atesorar tus encantos y suspirar por tu inmensa majestad, por ti nace la sed de todos mis empeños.
Sueño contigo dándonos los besos que solo se pueden dar los seres que se aman, los abrazos que solo se dan los que han decidido amarse hasta más allá del umbral de la eternidad.
Siempre estás, admirable mujer, en lo más hermoso y puro de la creación. Siempre en la condecoración que nos entrega esencialmente lo afanado y perenne del amor.
Atentamente
Milmayos
Derechos reservados
2023
Venezuela
En todo lugar y momento mi Ser te piensa y te anhela, como anhela el sereno plenilunio a la estela magnificada de la más hermosa estrella.
Te admira mi sensibilidad y también mi alma plena, porque te condecora con lo mejor del corazón, en todo momento, mujer tan única y bella.
Siempre mi amor te llama y mi atento corazón te ama, siempre te pertenece el aura tan llena de lirismo que vive a plenitud en mi alma.
Eres el poema que mejor se ha escrito con el corazón y los más hondos suspiros del amor, ese espléndido poema que no alberga en su haber la nulidad, ni la traición.
Eres de los poemas que nunca logra sustraer en su regazo, el pertinaz viento, porque los tuyos los crean y los bendicen siempre la espontaneidad y los más dulces sentimientos.
Vives en el lugar en el que Dios guarda mis más anhelados sueños, un lugar para atesorar tus encantos y suspirar por tu inmensa majestad, por ti nace la sed de todos mis empeños.
Sueño contigo dándonos los besos que solo se pueden dar los seres que se aman, los abrazos que solo se dan los que han decidido amarse hasta más allá del umbral de la eternidad.
Siempre estás, admirable mujer, en lo más hermoso y puro de la creación. Siempre en la condecoración que nos entrega esencialmente lo afanado y perenne del amor.
Atentamente
Milmayos
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