Por ejemplo, muchos cuentos infantiles pueden estar muy bien escrito pero si el ejercicio de imaginar no está presente será algo descolorido para ellos y abandonarán la motivación de prestarle atención a algo que le cuentan pero que carece del elemento de identificación y de expresión que más desborda de la personalidad del niño, la imaginación.
Te muestro algunos cuentos que hacen uso de lo que en los niños y niñas aflora a cada rato: la imaginación, los sentimientos, el cariño y la capacidad de soñar.
Cuando los niños duermen, sus sueños se les escapan y se agrupan para salir a bailar y recorrer, agarrados de las manos, los parques y jardines.
Las pájaros de varios colores, les entonan, al verlos, bonitas sonoras y dulces canciones, mientras que los mariposas todas unidas, los acompañan con un arcoiris con la bondad de todos los colores. Los demás animalitos aplauden con hermosas sonrisas de azúcar y miel. Las flores, también, participan de esa alegría y regalan al viento sus pétalos multicolores para embellecerlo todo.
Las estrellas por su parte, llegada la noche otra vez, cubren el cielo de un encaje de resplandecientes gemas que cantan con sus luces las paz para el mundo; la luna con sueño y bostezando se va a dormir para poder al fin soñar y atar así, sus sueños a el de los niños con hilos azules con olor a caramelo.
Milmayos
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CUENTO: LA MARIPOSA DE COLOR MADERA
Erase una vez, en los tiempos de la vieja era, que existía una mariposa de color madera, y un día de su pecho siempre florecido quiso expresar que a un hermoso clavel rojo quería besar.
Más su pecho no tardó en tonarse mustio de llorar, pues no volvió a encontrar el clavel que le hacia soñar; su trinar fue firme y su buscar bastante triste: “no he podido vivir desde que te fuiste”.
Fue ese el verso que más evocaba su doloroso lamento.
Le dijo una vez al viento: - amor desconsolado es lo que siento por una flor que enamoro mi aliento, que alguien indolente de mi, se ha llevado y con el clavel, mi sueño más enamorado -
Autor: Milmayos
CUENTO DE NAVIDAD.
TÍTULO: LA PROMESA DE PAZ.
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Había una vez hace mucho tiempo, en un plueblecito de la costa, un pescador llamado Pedro; quien en una mañana de mucho sol de agosto, supo por el cantar de un pajarito de un azul que teñía aún más al mar, que un milagro estaba por suceder, lejos de allí entre las montañas de Los Andes; se trataba del nacimiento de un niño portador de la esperanza y el amor, flor de la alborada, luz y canción enamorada.
Desde entonces, un fervoroso anhelo recubrió el corazón y los sueños del pescador. Trabajó bastante. Preparó todo para el momento de partir. Invitó a sus amigos: la guacamaya conversadora, la iguana verde-oro, el perico cantor y el burrito come hierba de cola plateada.
Cuando el momento de la partida llegó, lo hicieron por elcamino que el viento les cantaba a sus oídos. El sol para ellos hacía más suave sus rayos amarillos y, en la noche, las estrellas deslizaban sus encantos hacia esa feliz caravana.
El viaje fue más corto de lo que pensaban y, al acercarse al noble pueblo iluminado por la providencia, lograron ver a otras caravanas cansadas de camino y que iban regalando al viento fríos de Los Andes sus cantares de rosas y azahares. Todas tenían el mismo proposito: presenciar de cerca la llegada de ese mágico bien.
Al llegar al pueblo, de casitas modestas, de calles empinadas, con una pequeña placita con el busto del Libertador, sintieron el contacto de la gente sencilla en cuyo rostro se pintaba la felicidad, esperando la hora divina y con ella el niño por nacer.
Por fin, las flores, la gente sencilla, los animalitos; Pedro, el pescador y sus amigos presenciaron el innovildable momento del nacimiento ofrendando sus alabanzas al niño, a su madre María y a su padre José, con aguinaldos, gaitas, joropos y poesía de todas las regiones del país. María esa humilde madre, trajó así; desde lo profundo de su vientre, un niño con una promesa de paz y humanidad para todos, cuyo aliento vivirá entre nosotros inmarchitable, siempre procedamos bien, llenos de hermandad y generocidad.
Milmayos
Pero un día, la calumnia de algunos vecinos llevó a este noble personaje a tomar la drástica decisión de ausentarse, porque le llamaron, por envidia ladrón, Él como no lo era, debido a que para sus principios y valores, su honradez era el tesoro que más defendía por ser un legado de la educación de sus padres y maestros, educación llena de buenas acciones y de buenos ejemplos siempre con lo valores humanos muy presente.
Un pequeño y malsano rumor que fue repetido muchas veces por sus enemigos, que eran pocos, pero con el odio de una multitud, al parecer se convirtió en una falsa verdad que lo ofendía mucho. E que nunca había hecho eso, siempre vivió modestamente con su familia en una casa modesta que sus padres le regalaron. Este buen hombre tomó la decisión de agarrar su maletas y alejarse junto con su familia y decirle un adiós muy grande a la ciudad que como ninguna que lloró por su partida.
CUENTO: LOS VALORES DE UN BENEFACTOR
La ciudad encendió sus faroles para alumbrar los pasos de uno de los más entusiastas colaboradores suyo, pero al darse cuenta de su preocupación e inminente partida, ésta hermosa ciudad lloró.
Nadie vivía allí para darse cuenta de los achaques de esa noble cuidad ubicada a unos cuentos kilómetros de la costa de los mejores sueños. en esa ciudad moraba este personaje toda corpulencia y portador de una mirada escudriñadora que se escondían tras unos lentes siempre oscuros.
El había nacido en un día que la ciudad parecía morirse de ahojamiento, tras una copiosa lluvia que no paró por ciento veinticinco días, cuando el personaje de este cuento nació cesó por completo la lluvia, razón por la cual todos supieron que esta persona había nacido para una misión santa para esta ciudad
Este personaje toda dedicación y amor por su ciudad parecía conocer la forma de hablar con ella, pues sus luchas siempre fueron encaminadas para brindarle sus servicios, como si ella le hablara susurrantes de sus pareceres y necesidades.
Esta ciudad entre todas, fue una de las que más creció en tan solo la edad con que contaba este humilde ciudadano, a sus veinticinco años la ciudad ya había experimentado cambios positivos en lo humano, lo social, lo cultural y lo económico.
El tamaño de su población y extensión geográfica aumentó cinco veces. Su crecimiento fue planificado letra a letra por la esmerada atención de quien a esa corta edad ya era parte vital de la ciudad, gracias a su amor por ella, tan monumental como especial. El era su benefactor.
Un pequeño y malsano rumor que fue repetido muchas veces por sus enemigos, que eran pocos, pero con el odio de una multitud, al parecer se convirtió en una falsa verdad que lo ofendía mucho. E que nunca había hecho eso, siempre vivió modestamente con su familia en una casa modesta que sus padres le regalaron. Este buen hombre tomó la decisión de agarrar su maletas y alejarse junto con su familia y decirle un adiós muy grande a la ciudad que como ninguna que lloró por su partida.
Milmayos
Poesía Infantil: Bandera de la Patria Mía
Bandera dulce de la Patria mía,
emblema de sagrado porte;
cantar quiero tu gran corte
de luceros para que sonrías.
Te contemplo y la verdad
es que te veo grande y la
verdad es que te quiero tanto.
dulce bandera de la Patría mía,
te doy un beso
para que sonrías.
AUTOR: MILMAYOS
Enseñanza y Cariño:
Un niño... eres un universo
de luz, alegría y belleza;
toda la felicidad del mundo
se esconde en tí:
El presente, el povenir de mi país;
la mejor canción
cuando ríes;
la mejor esperanza,
cuando creces;
la paz del mundo,
cuando rezas;
y el amor más grande,
cuando con ternura a estudiar comienzas.
MILMAYOS
Poesía para Venezuela:
Eres un canto con dulzura,
en una basta extensión de ternura.
Eres una ofrenda de tus héroes,
que su paz siempre murmura
y una forma engalanada,
que Dios hace sagrada.
Eres mi patria amada
y una flor en mis manos alzada.
MILMAYOS
