El sublime arte del romance en nuestro amor eterno

Tu corazón y el mío que siempre están mutuamente en eterna bienvenida … generando regocijos que abonan la luna de miel eterna que fundamenta  nuestras vidas.

Nuestros abrazos que en una suerte de perfecta pasión se traducen, por la magia del amor, en un romántico y especial arte, de dos partes entendidas, complementadas por los sentimientos que se comparten en una sola fe y en una misma cima.

Los versos que con mis besos más calidos, mi ser te regala con dulce expresión cantora para tu divina boca, que no es poca la emoción que esas escenas de cálido y sublime amor en ti provocan.

Tu piel que con amor le canta con besos sinceros a mi boca, en nuestra alcoba majestuosa con la presencia de la poesía, el vino y las rosas en los supremos momentos cuando se extinguen las luces y desvanecen como una vela al viento, la noción del mundo exterior en su espacio y tiempo.

Nunca el adiós con una triste despedida cantará por tu boca ni por la mía, por el contrario, nuestro canto es un homenaje a la alegría, todo mi ser se reconforta con el sabor de la miel que posee tu piel la cual impregna el arte que en todo momento mi felicidad convoca.

Tu boca y la mía que con besos, lo dulce de la flor importa, tus ojos que con su luz me cantan y que acompaño con mi guitarra que gentil por tu felicidad solloza las dulces notas musicales que junto a la inmensidad de la noche, el germen de nuestra relación de amor hace impronta

Tu luz calor existencial y el mío a cada minuto una lluvias de luceros desata con una  inmortal querencia, que  recuerda el suave adagio de Milmayos, tan digno como un tango de Piazola  “Si con el arte del romance te atreves a amar nunca vendrá el ocaso … pero si pretendes el amor demostrar sin él sobrevendrá  el fracaso”

                                                                                        MILMAYOS