Nochebuena, sin ti ...

Frente a un pesebre, encuentro tu rostro de inmensa bondad, tu rostro hermoso como el de la Navidad, el mismo que con felicidad celebra mi pueblo entre gaitas, hallacas, abrazos y deseos de paz.

 Es cuando me pongo a pensar, si pudiera irte a buscar, con gusto lo haría,  nada en mi alma atrajera ya tan oceánicas melancolías, las cuales trato de esconder con mi sonrisa, la que supone toda persona agradecida debería prodigar a las amistades y  familiares.

 En esta hermosa época, símbolo de paz, en esta buena navidad, que sin ti frente a este pesebre, siento que cada pastor que lo habita, al verme esconden su pena ajena, todo a  causa, y ello lo saben bien,  del castigo que deja en mi tu ausencia.

 Mientras las bendiciones sobre lo hermoso de este remanso de luz y esperanza se han de dar, cuando Jesús nazca, y todos empiecen a celebrarlo entre otras cosas bellamente importante, con la cena, los regalos de los niños y los abrazos de ¡Feliz Navidad!!!.

 Ya casi es media noche, noche buena, noche de bendiciones, desde aquí, en una esquina de las festividad, desde este mi hogar hacia el tuyo tan santo, envío mis mejores de deseos para ti y tu familia, deseos hechos desde lo mejor de la dicha, el cariño y  prosperidad.

 Mi sentimiento de amor, por todo lo cual, por ti, crece y crece,  mi alma en medio de la algarabía navideña que tanto amo, pero que con un nudo en la garganta le susurra en voz baja, al niño Dios recién nacido que me ayude a encontrarte para hacerte feliz y amarte,  toda la amorosa vida, porque no quiero dejarte de amar y menos de soñar,  lucharé por tu amor más, mucho más y más.

                                                                                            MILMAYOS