Por la poesía, mi vida

Siempre en el mejor de los afectos, nace mi poesía inmersa en lo fraternal, con todo respeto, para el que la quiere y la siente al compás de los acordes del tiempo, para el que sabe que hermosos suelen ser los sentimientos, cuando posees  los ingredientes del corazón y la gratitud por dentro y un fervor en las manos para obrar como hermanos, para el que sabe que amar es la forma más formidable de sentirse hijo agradecido de la madre tierra, para los que forman parte de pacifistas proyectos y para los que viven en la devoción, la inmensa alegría y aman a Dios todos los días.

Poesía para saberse arte y parte del mismo panal, para saberse integrante de este planeta azul y sin igual, para saberse elemento activo de la historia, la cual es labrada día a día por los seres hechos para la luz, para que en su resplandor humanista se apaguen las tinieblas de quienes por egoísmos arraigados quieres malograr aún más nuestro ya amenazado planeta, poblado cada vez más, de tanta hermosa gente que quiere para el amor y sus bondades,  en definitiva, una nueva Era. 

Esa poesía nacida de adentro es la concreción de grandes aspiraciones en los que se procura el logro de una vida feliz para todos, sin exclusiones y sin crueles guerras por codicias, venganzas y mezquindades. Ya, en definitiva, es hora de que la grata convivencia humana abrace a seres humanos, a familias y a comunidades, para así permitirnos la construcción en el mundo mejor, con la oportunidad para la gente de más casas, más escuelas y hospitales, en vez de bombas y bases militares, más parques y menos centros comerciales, más atención a lo multicultural y a las universidades, que a los odios aupados y manipulados muchas veces por los mismos medios de comunicación mundial, en defensa del consumismo, el neoliberalismo y las transnacionales.

Gracias al fervor que emana de las poesías, queremos la paz y no las guerras, queremos bondad para los ancianos olvidados, para los niños maltratados, para los animales abandonados, queremos la extinción del hambre que devora a los pequeños en la mayor parte del planeta, queremos mucha respeto y dignidad para la vida, queremos un cese a la demencia de los que quieren incendiar el mundo para mantener el racismo y la opulencia del capital, y un "no" de manera global para la barbarie y la violencia, y un "sí" inmenso para "los indignados" ante la maldad que corroe la dignidad humana y aupa la inconsciencia.

                                                                     Milmayos