Con la inefable belleza de un "te quiero"

Mujer:

En mi actitud diligente, persisten los mejores recuerdos, viven en ellos, lo que comenzó con la inefable belleza de un "te quiero". En mi querencia, vives como la magia inconmensurable que me reconforta en la más viva nocturnidad, en medio de los besos que te doy y la aparición en el cielo de todas estrellas y los luceros.

Mi ser se concatena con tu cálida y florecida manta construida punto a punto por tus dedos, eres la infinitud más abarcante del caudal atento de todos mis anhelos, la consumación de un infinito tintero que alimenta la escritura lírica siempre interminable de mis versos, siempre con un fervor apacible, pero inmenso.

Canto a tu magistral querencia de mantenerme a tu lado, gracias a tus atentos denuedos, en tu aposento de encantos y de sabia majestad, ¡Mujer de esos ojos tan bellos! Sin ti se pierde el verdadero sentido de mis cartas de amor, esas que te dirijo porque es del más imborrable plenilunio, todas mis caricias, mujer, amarte y amarte, para siempre, yo quiero.
Atentamente
Milmayos
Derechos Reservados
2022
Venezuela 

                                                               El amor es poesía