viernes, 8 de octubre de 2010

... sus cuánticos segundos,

ya solo en el desafío me perdí,
llegue tarde, 
ya las horas no estaban
ni siquiera sus cuánticos segundos,
los recuerdos desfilaron su partida
nadie quiso esperarme
ni el espacio me esperó
se alzó con sus 
 filosófica
determinaciones y se fue,
dejando olvidara 
las del mismo Einstein,
pero al rato  vino por ella.
Llegué tarde y ni siquiera
la tarde encontré,
ya  todo, sin saberlo antes, 
se despidió de mi
 ya ni mi "yo" que siempre 
me aguardaba estaba
se había ido,
en algún andén 
de viaje, hubo partido.

milmayos

1 comentario:

  1. Excelente....con tu pluma de escritor hiciste lo que un escultor...esto es lo que ocurre cuando sentimos la ausencia de alguien muy querido y se ha hido, es como tu lo expresas en tu escrito... es un GRAN VACIO , sientes una NADA.

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