Poesía,
esa magia tan primordial en la vida, me enseñó, entre tantas maneras de valorar
lo que existe, entre tantas cosas magnificas y significativas, a admirarte.
Cuando mis ojos atentos nunca te dejaban de mirar, ni mi corazón con enamoradas
ansias apasionadas perdía la virtud de amarte y dulcemente admirarte.
Poesía,
esa infinita energía vital que me motivó y todavía me motiva a valorar lo que en
nuestro interminable amor existe: la afinidad inagotable, el poder de la
empatía, la mancomunidad de afables caricias, los afectivos detalles y el
significado de los besos que siempre nos dimos y nos damos en la playa, las
montañas, los jardines o en el cine.
MILMAYOS
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