ya casi sin la luz de mis ojos

Princesita silvestre, vida mía, nunca voy a olvidarte... ni siquiera, cuando ya, pasado el tiempo, en el atardecer de mis días, cual pintor triste de crepusculares poesías, ya casi sin la luz de mis ojos, no sea capaz de pincelar tu anaranjada ternura en el lienzo de un poemario, la expresión de la vida inmensa, el raudo y salobre, sonido de una inspirada lágrima de amor ..., después de haber colocado el último acorde a la urgente canción de mi vida, ni siquiera porque ya el viento esparza lo que ahora soy,  te  olvidaré, vida mía. 

                                                                                     milmayos