De
muy natural majestad es la mujer que es mi gran amor y mil poemas, el
"alma buena" que disipa con dulce belleza mis penas.
Es
la que deja con su dulzura un camino de rosas rojas perfumadas, en medios de
geranios y las muy bellas cayenas.
Es
la que ennoblece mi vida y en sus huertos de majestad nace mi pasión y al
instante aumenta y tan sublime se desvela.
Es
la que en cada amanecer su fulgor es un tesoro de amor y toda mi existencia por
su inmensa dicha se esmera.
La
que no se cansa de ser inspiración, mil y un suspiro de amor, mi luna y mi sol
y los besos que a cada momento me esperan.
MILMAYOS
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