Mujer:
Tanta paz hay en tus manos, tanto idilio en tu soñar, que no hay palabra tuya que no riegue en las rosas el agua de tu vital humanidad. Eres hecha de primaveras, primaveras sin marchitar, de dulces cantares, eres en el amor y en todas sus bondades el elixir del más sensible soñar.
Eso
eres la fragancia de un enternecido rosal, la nacarada poesía de Pablo Neruda
en su expresión tan sensible y monumental, los campos de Dios en su ofrenda
vestida en forma de alimentos y de noble cantar. Eres la caricia de la brisa,
el manantial de los ríos, la cima de las montañas en sus amaneceres y su muy
transparente palpitar.
MILMAYOS
MILMAYOS
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