Mujer:
Las rosas sin espinas,
esas de tus bellas manos, interpretan idílica sinfonía con todo fervor como una
concertista, sobre las teclas de un piano, musicalidad pocas veces taciturna
que desvencija la aprensión de lo malo, eres bendición clamorosa cuando siento
que mi atento mirar te llena de felicidad y tú embelleces la claridad de la
aurora, con la hermosura de tus dulces cantos.
Multiplicidad de
motivos llueve la luz que emanan tus pasos. Cada día mis besos se hacen luz en
la calidez de tus abrazos, vida mía: ¡Si no sé de ti, amorosamente te extraño!
Es imposible olvidar la proeza que vive en cada efluvio nacido de la
exuberancia que adornan, en la majestad de tu jardín, los inigualables lirios
que mi inmenso amor por ti ha sembrado.
Milmayos
Derechos Reservados
2022
Venezuela
Bellisimo poema de amor
ResponderEliminarSimplesmente magnífico poema…
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