Mujer:
Fue en la hermosa Aranjuez,
una tarde de lejanos días,
por tantas horas, te busqué.
día de tan ausente alegría,
al llegar allí, ya tú no estabas,
tu Ser ya no me esperaba.
Ni el aroma de tu paz encontré.
en el desencuentro, te buscaba.
En ese lirismo, hecho ciudad,
como en "Encuentro en Aranjuez",
sus bellas imágenes lo mostraban,
en tantas partes, yo te busqué
tu amorosa y atenta me esperabas
lo supe, tan solo mucho después,
Allí, donde deseábamos vernos,
en la proximidades del dulce ciprés
Te dejé una nota:
“En Aranjuez … te busqué y no supe de ti.
La cuidad conserva la preciosidad de un
perfecto jardín,
hermosa y de puro amor hecha,
las horas te nombraron
con silenciosas pasión.
En cada recuerdo del ayer,
tu imagen era una rosa
de embellecido carmín”.
Así, vida de mi alma, no te encontré.
Volví a oír el rumor de la fuente de cristal
en el jardín en el que parecían hablar
en voz baja las rosas, pero con tristeza.
Estaba la valla que tanto te gustaba:
“Un médico dijo en una ocasión
La mejor medicina es el amor.
Alguien preguntó, ¿y si no funciona?
El sonrío y respondió: aumenta la dosis”
.
Ese día de duro infortunio,
te buscaron mis besos como antes,
mis pasos recorrieron todo,
entre recuerdos y felices instantes,
yo lo sabía en lo profundo,
que tenía que suceder muy adelante
para la fortuna de los dos.
Al día siguiente,
rehicimos nuestro encuentro.
le pusimos a las ansias, más fervor,
pues era de esperarse.
con la nobleza del ahínco,
siempre triunfa la verdad en el amor,
Por fin, nuestros corazones,
muy juntos y dichosos ya,
eternamente, volvieron a besarse.
Tuyo para siempre.
William Manz "Milmayos"
"Encuentro en Aranjuez" vídeo de youtube, hecho por el autor de la poesía
Fue en la hermosa Aranjuez,
una tarde de lejanos días,
por tantas horas, te busqué.
día de tan ausente alegría,
al llegar allí, ya tú no estabas,
tu Ser ya no me esperaba.
Ni el aroma de tu paz encontré.
en el desencuentro, te buscaba.
En ese lirismo, hecho ciudad,
como en "Encuentro en Aranjuez",
sus bellas imágenes lo mostraban,
en tantas partes, yo te busqué
tu amorosa y atenta me esperabas
lo supe, tan solo mucho después,
Allí, donde deseábamos vernos,
en la proximidades del dulce ciprés
Te dejé una nota:
“En Aranjuez … te busqué y no supe de ti.
La cuidad conserva la preciosidad de un
perfecto jardín,
hermosa y de puro amor hecha,
las horas te nombraron
con silenciosas pasión.
En cada recuerdo del ayer,
tu imagen era una rosa
de embellecido carmín”.
Así, vida de mi alma, no te encontré.
Volví a oír el rumor de la fuente de cristal
en el jardín en el que parecían hablar
en voz baja las rosas, pero con tristeza.
Estaba la valla que tanto te gustaba:
“Un médico dijo en una ocasión
La mejor medicina es el amor.
Alguien preguntó, ¿y si no funciona?
El sonrío y respondió: aumenta la dosis”
.
Ese día de duro infortunio,
te buscaron mis besos como antes,
mis pasos recorrieron todo,
entre recuerdos y felices instantes,
yo lo sabía en lo profundo,
que tenía que suceder muy adelante
para la fortuna de los dos.
Al día siguiente,
rehicimos nuestro encuentro.
le pusimos a las ansias, más fervor,
pues era de esperarse.
con la nobleza del ahínco,
siempre triunfa la verdad en el amor,
Por fin, nuestros corazones,
muy juntos y dichosos ya,
eternamente, volvieron a besarse.
Tuyo para siempre.
William Manz "Milmayos"
"Encuentro en Aranjuez" vídeo de youtube, hecho por el autor de la poesía
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarInmensa y bella poesía donde triunfo el amor
ResponderEliminarEse amor dulce e intenso que perdurará hasta la eternidad.
Bellísima inspiración eres único Milmayos poeta del amor