Mujer,
conocerte ha sido algo así como alcanzar la gloria y también superar con creces
la más imponentes de las cimas. Mujer insigne, desde que te ví, siempre has
sido mi grande amor, siempre tan única y siempre tan linda, en tus ojos hay un
romántico poema dedicado por los todos los ángeles a la plenitud del sol y existe
en tu austera presencia el perfume que noble y sereno habita en la infinita
majestad de una flor.
Amada
eres para mí corazón fiel y enamorado, todo el más imborrable amor. Mujer, por
ti mana de una fuente inextinguible toda la dicha y con el más sensible amor
las inmensas bendiciones que solo Dios nos ha dado para nuestra armoniosa
unión, tan cercana al lirismo y a la más cálida ensoñación.
MILMAYOS
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