Amada
mía:
Siempre,
te amo mucho y en mis sueños como una hermosa reina sublime de la bondad yo te
siento, por eso galante te ofrezco las rosas bermejas y perfumadas en cada
mocedad del tiempo, más allá del oasis de los deseos, te otorgo con cálidos
abrazos mi fuego y el ahínco sublime de la miel de mis versos y entre beso y
beso te hablo susurrante por tus oídos en el lenguaje del amor de todo lo
bello, amada no le digas a nadie pero en el mejor romanticismo que haya
existido yo muy enamorado te siento . . . Eres mi inspiración, mi dicha, mi paz
y en mi corazón como un manantial de nobles sentimientos yo te espero.
Tuyo
más allá de la perennidad del tiempo.
MILMAYOS
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