Solo el amor nos eleva a una categoría tal, desde donde podemos vivir como seres totalmente humanizados, pues hay quienes no logran trascender la etapa del egocentrismo en vez de superarlo se quedan sumergidos en esa etapa que solamente benefician a los(as) niños(as) quienes lo(a) asumen, por razones del desarrollo biológico y psicológico de todo niño para afianzar su mundo interior separándolo del mundo exterior.
Asimismo, el niño o la niña afianza su personalidad utilizando el "yoísmo natural" como factor positivo que lo nutre de la seguridad necesaria para adquirir cierta autonomía del mundo que le circunda. Sin embargo, se debe considerar una anomalía cuando el niño o la niña llega a la adolescencia y más tarde a la adultez pero sigue inmerso en ese poco social mundo del egoísmo.
En consecuencia, podríamos decir que la persona que sigue viviendo en ese mundo habita una zona de comfort, en el que se siente magnificamente bien ya que ese egocentrismo muchas veces es reforzado socialmente, pero lo cierto es que debió haber sido superado definitivamente en la pubertad, pero que por infinidades de motivos ligada al tipo de socialización no se trascendió la mencionada etapa.
Todo lo cual, permisa que la psiquis de estos individuos, permanezcan en una alienación más de las muchas que la sociedad les inculca y en la que se cree que la vida no tiene sentido sino en una comunión con la irrealidad de un mundo marcado por las apariencias y lo superficial, propio de una sociedad neo-liberal que necesita de seres egoístas y bien manipulables. Son esos seres que piensan que primero, segundo y tercero son éllos y los demás valen si hay algún interés de por medio, es decir practican un credo exacerbado que órbita devotamente en el yoísmo, el cual, a veces, raya lo inimaginable.
Por último, ese tipo de estilo de vida que encaja perfectamente con una sociedad así muy dividida, pareciera que no hay nada de malo. Empero, lo que pasa, a mi entender, es que nunca un ser humano que no haya superado el egoísta para llegar a una etapa de verdadera socializacion del ser en medio de un colectivo, no podrá amar de verdad, esa su singularidad propio de un Ego muy grande, lo denigra sin poder nunca escapar de allí; llegando, inclusive, a irse de la vida creyendo que el amor no existe; creyendo, además, que cualquier acto de humanidad, solidaridad, sentimientos, lirismo y hermandad son meros quehaceres inútiles, de muy pobre consideración.
autor: MILMAYOS