Viven en tí sensibles y plenas, con
significativa majestad el caudal romántico de todos mis poemas, ... y viven en
tí los caminos de la dicha y del amor, entre las rosas rojas, perfumada,
perennes y sin marchitar. Tú vives en mi inmensa pasión y también, inolvidable
mujer, siempre, siempre en mi soñar. Estas en la bondad y la felicidad de todos
mis días. Por eso toda la vida, vida mía, yo no te dejaré de amar.
Tuyo,
MILMAYOS
Tuyo,
MILMAYOS
Bellísima poesia de un amor sublime. Que nunca morirá.
ResponderEliminarBendiciones mi querido poeta.