Te
deseo siempre, a cada instante, amor de mi vida, todo lo mejor, ... nunca había
sabido de un ser tan radiante y entrañable como tú, ... a veces, con mi pañuelo
detengo una lágrima en mi mejilla, delicada como una tierna rosa en el ensueño
inspirado de un romántico jardín, lágrima nacida, jamás de la tristeza, sino
por la felicidad entera de saberte de mí, tan hermosa, cálida y entusiasta como
ninguna otra mujer, yo conocí, mujer, excelsa y fascinante; humanista y
amorosa, ... rosa de abril.
MILMAYOS
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