Nadie
como tú para estar profunda en mi amor y en mi sentir, tan de “tú a tú” con mi
ser y mi cálida pasión, actitud plenamente enamorada siempre tan grata y llena
de la endulzada paz del amor, siempre dispuesta para abrazarte como si lo
hiciera el mágico respirar de la suave brisa o de la fuerza emancipada de los
vientos.
Eres
de la rosa su esplendor, su motivo y el contenido de su amor, audaz en la
presencia romántica de todos los tiempos, nadie como tú para ser su esencia, su
atuendo y el homenaje que mi alma provoca. Eres fiel su exponente impregnada de
belleza, de su constelada entrega frente al amor y de su postura ante mil besos
de mi boca.
Eres
de Dios su muy hermosa canción de luz que me mueve a vivir el más inolvidable
embeleso, nadie como tú para estar y enaltecer el mundo con mil poemas,
expresión contagiada del fervor más puramente humano, siempre por los caminos
de sublimes jardines acariciados por un afán inmenso de motivada alegría, en su
vivo lenguaje del amor y en su magia tan llena de secretos.
MILMAYOS