Siendo muy pequeño e indefenso se atrevía a vivir y luchar sin atreverse al silencio ni a la oscuridad de una muerte segura.
Siendo casi un motón de enmarañados pelos con dos ojitos triste y asustados, preso de la indiferencia y la desatención de una urbe de comercio y negocios sin final
Siendo un animalito de Dios a la deriva que solo desde su nacimiento había probado hambre y más hambre a pesar de todo, había logrado sobrevivir. Estaba allí vivo parado acariciado por las manos de la muerte. Hasta que me vio, sacando las uñas me las clavo en el pantalón, fue así que pude darme cuenta de su existencia, ya no tenía fuerzas para nada ni para maullar. Su inofensiva actitud mostraba una boca abierta que parecía que nunca terminara de emitir un maullido que había comenzado horas antes.
Me percate de inmediato que ese animalito no había probado alimento y me atrevería a decir que ni siquiera en el vientre de su madre lo podido hacer. Era tan flaco que parecía que flotaba, era casi ingrávido que parecía que ni huesos poseía.
Le di una mano y se dejo agarrar prefirió las mías que lo ataba a la vida que aquellas que lo mantenían en la indiferencia y en un lugar huérfano de la falta de generosidad de la humanidad. Mi mano le ofreció así su bondad y su calor, él la acepto. Le ofrecí mi comodidad y mis afectos que le di de mi corazón abierto con las puertas de par en par, ese hecho lo separo de su suerte colmada de desdicha e infortunio.
Ahora ese animal de Dios, bien alimentado que esta, alegra todos los minutos de mi hogar, es un agradecido gato que es feliz y nos procura la felicidad a todos con sus gracias y ocurrencias. Él que estaba a punto de irse de esta vida con el más feo de los recuerdos sobre los seres humanos y del escenario que le rodea.
Ese Animal que como muchos, hubiera vivido el más cruel de los infiernos en esta vida, sin haber conocidos los valores humanos más caros y que nos hacen merecedores de ser imagen y semejanza de Dios.
Se hubiera ido sin conocer la honestidad, la paz, la alegría, la solidaridad y tampoco el buen corazón de mucha buena gente, desconociendo el significado que para los humanos tiene el valor de esta hermosa frase: “Todo pasa menos el amor”.
milmayos